231
Dame, Dios mío,
la paciencia de Job,
santo patriarca,
230
Camino andado.
El viajero descansa
para seguir.
229
¿En dónde estás,
esperanza vestida
de poesía?
228
¡Vete, calor!
Me tienes asfixiado.
¡Ven pronto, lluvia!
227
Detén tu paso,
caminante de la
noche,
en mis recuerdos.
226
¿Por qué asesinas,
abominable sátrapa,
al noble pueblo.
225
Siempre tendrás,
en mis mullidos
brazos.
un lecho plácido.
224
En el altar
de la Virgen María
puse violetas.
223
Mis loquedades
me llevaron, por fin,
a la cordura.
222
Para ocultar
mis miedos, presumí
de valeroso.