258
Para tu gloria,
Señor omnipotente,.
¡Quiero vivir!
257
Jesús echó
del templo de su padre a
los mercaderes.
256
Deja mis sueños
tranquilos. Joven aún
tú los llagaste.
255
Seca mi cuerpo,
con tus labios de fuego,
amada mía.
254
Me regocijo
en Jesús Redentor
253
Cantaste, musa,
para echar de mi yermo
la soledad.
252
Llévame, mar,
a las profundidades
de tus entrañas.
251
Reíste musa,
cuando triste me hallaba,
y fui feliz.
250
El trovador
de portentosa voz
cantó a su amada.
249
Volví a perderme
en el gris vericueto
de mis trajines.
248
Nunca podré
desprenderme de ti
¡Oh poesía!
247
No vencerás.
sátrapa, cruel, inmundo,
al pueblo inerme.
246
Quiero llorar
hasta que colmen mis lágrimas
mi seco río.