CIRCO
¡Qué
triste ha de ser del circo la vida!
La
presiento cubierta
De
irrealidad, de dolor y sumida
En libertad
incierta.
El
trapecista intrépido y valiente
Es
dueño de la altura.
Y el
prestidigitador muy sonriente
Esconde
su amargura
Entre
la nada que convierte en cosa.
Y el
audaz payasito
Que
transforma su pesadumbre en rosa
Para ahogar su grito.
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