DIOSA
En el altar de mi covacha, bien mío, simple cual una gota
de agua de nuestro río, menguado en verano y copioso en invierno, sólo estás
tú.
Y a ti dirijo mis oraciones con fervorosa devoción,
esperando que se opere el milagro de tu compañía para gratificar mi fe.
¿Oraremos juntos algún día?
No hay comentarios:
Publicar un comentario