LOCURA
No hay nada más loco, bien mío, que el amor, ni nada más sublime y gratificante que ese sentimiento capaz de vencer, sin batallas inútiles, las barreras de todas las calamidades.
Sin embargo, rosa amarilla del jardín de mi corazón, más que locura el amor es un acto de comunión compartido por dos seres para sentirse libres de ataduras y volar, en las alas del pensamiento, hacia edénicos mundos.
¡Oh, locura del amor que tanta felicidad me has prodigado!
¡Oh, locura del amor que hasta en covacha de ermitaño alocado has tenido la osadía de hospedarte!
Yo creo, bien mío, luz que aparta la obscuridad de mi camino sin rumbo para que llegue pronto a lo ignoto, que el amor, sin su toque de locura, perdería su esencia vital, la simiente que le da vida y su capacidad creativa.
Porque para amar, como tú y yo, dalia de azulados pétalos, la sensatez sería un huésped inoportuno y antipático que alejaría de nosotros la magia increíblemente fascinante de los enamorados.
¿Qué piensas, bien mío?
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