PROPUESTAS
Te
propongo, bien mío, que vayamos al pico de una esbelta montaña para extasiarnos
del paisaje natural y olvidarnos del mundanal ruido.
Te
propongo, amada de belleza única, que vayamos al prado generoso en amigable
hierba y flores silvestres, a contemplar el vuelo mirífico de las mariposas
azules, amarillas, verdes, blancas, rojas, anaranjadas y lilas, y a sorprender
al diminuto y arisco colibrí libando con su leve piquito el néctar de las
flores.
Es
ágil el vuelo del colibrí y cronométrico.
Siempre
a la misma hora cumplirá ese rito que tanto nos agrada, alma mía, y nunca se
posará en ninguna flor ni en ninguna mata, pues le bastará mover a velocidad
insólita sus diminutas alas para mantenerse plácidamente en el aire.
¡Quién
fuera como el colibrí para ofrendarle a tus labios besos-néctar que te
endulzarían!
Te
propongo, corazón, que seduzcamos a Morfeo para tener el dominio de nuestros
sueños.
¡Nada
cuesta, linda, el uso dulcineo de la imaginación!
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