ESCLAVITUD
Esclavo soy, amor,
de tus querencias
y, por quererte
tanto,
recibo sanidad en
mis dolencias
y consuelo a mi
llanto
cuando el
fuego del desierto me calcina,
con su maligna
saña,
tu querencia a distancia
lo fulmina
en amorosa
hazaña.
Feliz me siento,
amor, como el esclavo.
de tu capricho
tierno,
y a mi destino con dulzura alabo
en el gélido
invierno.
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