DEAMBULAR
Cansado ya,
de caminar sin rumbo
hacia lo ignoto,
mis fuerzas renové
y deambulando seguí.
DEAMBULAR
Cansado ya,
de caminar sin rumbo
hacia lo ignoto,
mis fuerzas renové
y deambulando seguí.
PREGUNTA
¿Por qué tan mala
fuiste conmigo, vida,
en mi niñez?
¡Orfandad infinita!
INTRUSOS
No quiero intrusos
en mis mágicos sueños
de amor vestidos.
Son como pesadillas
feas, perturbadoras.
ACOMPAÑANTE
En el camino,
de mi angustiada vida,
me acompañaste,
amor, sin que te
viera.
¡Poético prodigio!
AMORES
Amor perdido,
amor a la distancia,
amor de siempre.
Amor predestinado,
amor sin esperanza.
PERENNIDAD
Que no se mueran
ni la rosa ni el
mirto.
¡Quiero que vivan!
Quiero que sus luces
perennicen mi verbo.
KAKISTOCRACIA
Los criminales
sembradores
del kakistócrata
narcodictador
Nicolás Maduro,
no siembran flores,
ni árboles frutales,
ni plantas
medicinales.
No, los muy cobardes,
con los rostros
cubiertos
con antifaces de
muerte,
siembran terror
para cosechar miedo.
Siembran sombras
para embrutecer al
pueblo.
Siembran mentiras
para cosechar
verdades.
Siembran hambre
para cosechar
dependencia y sumisión.
Siembran drogas y
armas de guerra
para cosechar
culpables de todos los delitos
entre la disidencia
política.
Siembran escasez
para cosechar miseria
y muerte.
Siembran tormentas
para cosechar
tempestades colectivas
que dominan con
metralletas, fusiles, bombas letales y tanquetas.
Siembran
desinformación, cerrando periódicos,
radios y televisoras
y portales digitales
para cosechar
apagones colectivos de información
para ocultar sus
crímenes de lesa humanidad.
ESCLAVITUD
Esclavo
tuyo soy, nunca me quejo,
porque
tu dulce encanto
es
para mí prisión límpido espejo
que
purifica el llanto
no
de tristeza sino de alegría
que
de mis ojos brotan
por
ser prisionera la vida mía
de
yugos que no azotan.
Bendigo
con pasión y gratitud
a
quien grácil raptome
para
someterme a su esclavitud
y
en su dueño tornome.
MENTALIZACIÓN
Para
refrescar tu cuerpo, amada, ardoroso por la calidez del clima, que había
llegado extremo insoportable, utilicé el poder de mi mente, fuerte como el
acero, el diamante y la roca, que me confió sus milenarios secretos de
longevidad, al trocar su notoria taciturnidad en locuacidad.
Entonces,
pude transformar la furiosa velocidad del huracán en grácil y débil brisa para
expulsar el sofocante calor que te hería y reducir la caudalosa corriente del
río en apacible fuente de cristalinas aguas para que te bañaras en ellas,
calmaras tu insaciable sed y te libraras de la inquietud provocada por el
quemante verano.
El
poder de mi mente, que tú agigantas, amada, para que fuera más eficaz,
convirtió para ti el desierto en jardín edénico, en ofrenda galante que
llevaría el cántico de las bullangueras aves y el melodioso rumor del agua de
manantial a tus oídos para alegrarte la vida, perfumaría tu cuerpo el aroma
prodigioso de las abundantes flores y te vitalizaría la convivencia con la
naturaleza en su condición más sublime y pura.
Mi
potencia mental, que utilicé para fortalecer tu felicidad, amada,
materializando tus románticos caprichos y mis deseos innúmeros de hacerte
dichosa, sin importarme los medios ni los costos, transformó la inaccesible
montaña en preciosa pradera para que correteáramos libremente, admiráramos el
cielo y su inmensidad, fabuláramos sobre lo que nos ofrecía la naturaleza y
meditáramos largamente, como dos ermitaños en la profundidad de un desconocido
desierto.