SAMARITANA
Ofreció Cristo,
a la samaritana,
calmar su sed
con agua eterna.
CELOPATÍA
Tengo celo de tu sombra, bien mío, porque te
acompaña a donde quiera que vayas.
Tengo celo del carmín que hacen más provocativos tus labios porque te besa
continuamente
Tengo celo de las aguas del río, del mar o de la ducha donde te bañas,
bien mío, porque ellas hacen un recorrido voluptuoso por todo tu cuerpo.
Tengo celo de la tierra que pisan tus sandalias de fina factura, bien mío,
porque ella besará tus pies y mantendrá parte de ti en cada pisada.
Tengo celo de tus manos, bien mío, porque ellas tocan suavemente todo tu
cuerpo.
Tengo celo de tus ojos, bien mío, porque ellos ven otras opciones amorosas.
Tengo celo de tu voz, bien mío, porque su melodía no la disfrutan solamente mis
oídos.
Tengo celo de todo el que te ve, bien mío, porque temo que alguien, más apuesto
que yo y más corajudo, te aparte de mí.
¡Los celos, bien mío, me consumen lentamente!
¿Otelo redivivo y real celando a Desdémona?
RUTH
Mis cereales, amada,
ya estaban maduros y listos para ser cosechados, luego de haberlos cuidado con
particular y especial esmero. Era la primera vez que recibía de la tierra el
fruto de mi trabajo y por tal razón sentía una felicidad que nunca, hasta
entonces, había experimentado. Contraté hombres y mujeres pan segar las mieses
y al final de la jornada, que fue extenuante, porque los rayos solares herían a
mansalva la piel de los recolectores, todos curtidos en tales menesteres
agrícolas, celebramos con vino y exquisitos manjares hasta caer, embriagados,
al recubierto suelo de espigas en cuyo seno yacían los granos de trigo que en
un proceso posterior irían a la trilla para su liberación y estar en
condiciones de ser llevados al molino que los convertiría en harina, materia
prima del pan, fuente nutricia de la vida.
Recordé, amada, a
Ruth la moabita y comparé esta escena imaginaria con la que describe la Biblia
en el Viejo Testamento y hallé semejanzas en ambas. Ruth, personaje en quien
admiré su valentía y su audacia romántica para enfrentarse a su destino,
dictado por la costumbre de la época, de convertirse, viuda, en mujer de Booz,
su pariente, eras tú, y Booz, el dueño del trigo maduro, era yo.
Y cuando el vino me
doblegó, porque lo tomé en abundancia, tú viniste a donde yo dormía
plácidamente y te acostaste en mi incómodo lecho para ser mi mujer y desde entonces
fuimos una sola persona.
¡Qué inolvidable
noche de amor!
GRIAL
Un día
de luminosa locura, de beatífica paz, de eucarística mansedumbre, de silencio conventual
y de mirífica religiosidad, tomé, con exquisita suavidad, mi obsoleta y raída
vestimenta de peregrino, pretendí, amada de todos los tiempos, de todas las
circunstancias y de todas mis vicisitudes y flaquezas, emprender un largo viaje
que me llevaría a los más recónditos e ignorados lugares de la tierra, y que
concluiría con el hallazgo, en una remota aldea cuyo nombre nunca indagué, como
tampoco su exacta o aproximada ubicación.
¿Qué me
llevó hasta allí, renunciando al encanto de tu melodiosa voz, a la ternura sin
límites de tu regazo, a la frescura temblorosa de tus labios, a la suavidad
imantada de tu dúctil cabellera, al brillo deslumbrante de tus ojos y al aroma
hechizante de tu cuerpo todo? ¡Ay, amada! En mi locura fascinante quería sorber
vino en la sagrada copa donde Jesús, El Hijo del Hombre, brindó por última vez
con sus discípulos, uno de los cuales, Judas Iscariote, lo entregó a sus
enemigos por treinta miserables monedas. Y lo hice, ¿sabes? y con el vino que
libé se abrió para mí toda la sabiduría del mundo y mi espiritualidad recibió
el don de la abundancia y dejé de ser débil y comprendí que para acceder
a la felicidad sin fronteras ni barreras hipócritas tenía que regar cada día,
con agua pura de manantial, las flores de mi locura.
GLORIA
¡Sábado de Gloria!
Sábado de fe
en el Redentor
que purrgó en el
Santo Madero
el precio de nuestros
pecados
para que fuéramos
libres
como el viento que
nos llenada vida.
¡Sábado de Gloria!
Día de vigilia
pascual,
día de perdón
día de meditación y
oración.
Día para gloriar a
Jesús
y a María
la virginal madre.
Día para
reconciliarnos con nosotros
y nuestro entorno.
Día de reflexión,
de ternura angelical.
Día de gritar a los
cuatros vientos:
¡Jesús resucitará y
ascenderá al cielo
para sentarse a la
derecha de su Padre!
ROSAS
Rosas
llevaba María a la habitación de Efrain para embellecerla y sublimizarla de
ella y rosas amarillas, rojas y blancas poetizan la hacienda El Paraíso,
escenario física de la inmortal novela de Jorge Isaacs, que conocí, y donde
sentí una sensación única de amor, paz, de poesía.
Rosa,
pero amarilla, era la flor preferida de Juan Ramón Jiménez, el inmortal autor
de “Platero y yo”. En Moguer, ¡Oh poesía!,
conocí el pesebre de Platero y también su tumba de Fuentepiña que cada
año los poetas españoles visitan montados en borriquillos.
En
otra vida quisiera ser jardinero para sembrar rosas amarillas.
SIEMBRA
Llegó
la hora, amor, de abrir con la coa de nuestros ancestros aborígenes huecos en
la opima tierra, que no protestará, para sembrar las semillas que en pocos días
brotarán gracias al agua limpia que hemos tomado del rico manantial de los
sueños que sustentan nuestra realidad o que caerá del cielo cuando lloran las
nubes.
Y
llegará la hora prodigiosa del cultivo.
Y
recogeremos regocijados, en los cestos que tú has elaborado con tus manos, toda
magia, los frutos que hemos sembrado y cuidado cariñosamente.
Y la
tierra de nuestro cercado ya no estará sola.
Y no
tomaré más, amor de gracia lleno, la fruta del cercado ajeno, porque la cosecha
será copiosa cual el agua del rio o del mar.
SONRISAS
Dijiste,
musa, vestida con traje verde paisaje
bucólico, desde ¡Qué sé yo que poética
galaxia! que mi búsqueda durante milenios del amor ágape que he ansiado para
darle sentido a mi vida en el valle de lágrimas y de angustias en donde se
encuentra sumergida, la encontré en ti al despertar “sonriendo al viento y al
amor”, a los que agregué, por impulso
irrefrenable de los infinitos sentimientos de ternura que afloraron en mi
memoria, repleta de tantos sentimientos intrusos y feos, sonrisas de ternura
silvestre, como la belleza de la flor del camino, efímera y única, como la
inocencia del niño campesino que fui y marcó mi existencia, como la intranquila
mariposa que va de flor en flor para sorber el néctar vital y como los rostros
de los amantes reflejados en el espejo mágico de un aljibe que se deshace con
el golpe de una pequeña piedra para recomponerse automáticamente.
Sonrisas
que por íntimas nadie escuchará.
Sonrisas
que no alejarán la tristeza que consume mi alma.
Sonrisas
que ni siquiera tendrán el eco de una montaña.
APRENDER
Después de tantos
errores
aprendí de la vida
andar en recta senda
sin caídas ni
tropiezos.
APREHENDER
Me aprehendiste,
¡Oh dama de la noche!
Con tus garfios de
amor
en seda envueltos.
ELISABET
Para Elizabeth
…Y
el ángel Gabriel visitó al anciano Zacarías, profeta bíblico, para anunciar el nacimiento de Juan El
Bautista y no le creyó.
…Y
María visitó a su prima Elisabet y
saltó la criatura que llevaba en el vientre.
…Y
Elisabet le dijo a María: “!Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que
darás a luz.
… …Y
por obra del Espíritu Santo nacieron Jesús, hijo de virgen, y Juan Bautista,
hijo de anciano.
…Y
ambos cumplieron en la tierra sus divinos destinos.
…Y
estando Juan bautizando en el rio Jordán vio a Jesús y exclamo. “! He aquí el
cordero que quita el pecado de los hombres!”.
…Y
Jesús recibió las aguas del bautismo de Juan, quien en su humildad se creyó
indigno de ese ritual.
…Y
Juan predicó la Santa Palabra y fue hecho descabezar por Herodes Filipo para
que Salomé, su hijastra, danzara.
…Y
Jesús el Redentor murió en la cruz por predicar la verdad y pagar el pecado de
la humanidad.
Así
está escrito en la Biblia, el libro más leído del mundo divido en dos partes,
el Viejo Testamento y Nuevo Testamento, obra que recoge el nacimiento y muerte
de Jesucristo y el testimonio de los apóstoles.
Obra,
casi toda inspirada por el Espíritu Santo, que reconforta espiritualmente y
sana las almas heridas, como la mía, como la tuya, lector, y como la de todos
los que no me leen.
KAKISTOCRACIA
Los criminales
sembradores
del kakistócrata
narcodictador
Nicolás Maduro,
no siembran flores,
ni árboles frutales,
ni plantas
medicinales.
No, los muy cobardes,
con los rostros
cubiertos
con antifaces de
muerte,
siembran terror
para cosechar miedo.
Siembran sombras
para embrutecer al
pueblo.
Siembran mentiras
para cosechar
verdades.
Siembran hambre
para cosechar
dependencia y sumisión.
Siembran drogas y
armas de guerra
para cosechar
culpables de todos los delitos
entre la disidencia
política.
Siembran escasez
para cosechar miseria
y muerte.
Siembran tormentas
para cosechar
tempestades colectivas
que dominan con
metralletas, fusiles, bombas letales y tanquetas.
Siembran
desinformación, cerrando periódicos,
Radios y televisoras
y portales digitales
para cosechar
apagones colectivos de información
para ocultar sus
crímenes de lesa humanidad.
HIPOCRESÍA
Sería hipócrita si confesara, para agradar a Dios, que sentiré amor por quien me ha hecho daño.
ADMIRACIÓN
Admiro a todas las personas capaces de
hacer lo que yo no puedo, tocar, por ejemplo, un instrumento musical.
DAÑO
Más daño hace a la sociedad el funcionario corrupto que el delincuente
común.
COMPAÑERA
La muerte es nuestra invisible compañera de viaje desde que nacemos hasta
que entregamos el alma al Señor.
CURACIÓN
Las heridas del alma sólo el amor las cura.
COFRE
Río de mi vida,
rio de Marabal, cofre cristalino donde nunca más guardaré mis tesoros.
NUNCA
Nunca podré ser como el sándalo que
perfuma el hacha que lo lastima.
ESPERA
El mar espera con paciencia bíblica
que crezca el río para saciar su sed.
BONDAD
Parodiando a Juan Ramón Jiménez
puedo proclamar que al hombre bueno deberían decirle perro y al perro malo
deberían llamarlo hombre
COMPAÑERA
La muerte es nuestra invisible compañera de viaje desde que nacemos hasta
que entregamos el alma al Señor.
CURACIÓN
Las heridas del alma sólo el amor las cura.
PROCLAMA
Con la
venia del sabio Confucio proclamo que puedo ser dichoso con arroz como comida,
agua como bebida y el brazo como almohada. Vestiría entonces mi marchito traje
de humildad, calzaría mis sandalias de
ermitaño perdido sin brújula que me oriente y cargaría sobre mis cansados
hombros mi derruido morral con pocas cosas.
CONFIANZA
Más confío en la ordinaria palabra de un labrador que
en el discurso refinado del político.
PIEDRA
Con una piedra puedo vencer al enemigo, como lo
hiciera David con Goliath,, y si fuera artista, tallar una escultura.
ARREPENTIMIENTO
Humildemente me arrepiento del daño
que pude hacer conscientemente, pero no de los males que hice inconscientemente
por la inexistencia de la figura del dolo.
PERMANENCIA
Mi cuerpo ha estado en muchos lugares del mundo
cumpliendo sueños y disfrutando bellezas arquitectónicas y artísticas únicas,
pero mi espíritu siempre ha estado en Marabal de mis amores.
INMORTALIDAD
Al preferir a Arlequín y no a Pierrot, Colombina
inmortalizó la lágrima que simbolizó su tristeza.
BALCÓN
Asómate al balcón de mi alma, bien mío, para
ofrendarte un ramillete de poemas inspirados en tu belleza espiritual.
CONQUISTA
Con un beso y un abrazo casi furtivos, bien mío, conquistamos la gloria
y un boleto sin regreso a la eternidad, donde las convenciones sociales y otras
odiosas restricciones humanas son inexistentes.
RASTROJO
Escarbando en la
tierra, luego de la siega del fruto que con el agua pródiga de tu amor regué,
encontré tu huella, amor, la rescaté y la convertí en poesía.
CANTA
Canta, pájaro
campana, tu canción única, para que mi amada que está triste me ofrende una
lírica sonrisa de magia romántica enriquecida.
PAISAJE
Desde El Alto. tierno bien mío, mis ojos se extasiaron
ante tanta belleza bucólica de Marabal, mi cuna amada, siempre en mí.
PREGUNTA
¿Los abominables
tiranos, saqueadores de los pueblos, torturadores, enemigos de la libertad,
podrán también entrar a los prados del
cielo?
DAR
Si el rico da poco al
prójimo es un avaro, pero si el pobre da algo es altruista.
ADMIRACIÓN
Te admiro cocuyo,
porque siendo tan diminuto vences las sombras de las noche con tu propia luz.
ORFEO
Al alba, Orfeo, con
su guitarra, despertaba al sol de su letargo para que su luz resplandeciera y
sazonara el fruto de la madre tierra.
CREPÚSCULO
En la bahía de
Juangriego, al desvanecerse el día el mar pareciera que se tragara el sol.
IGNORANCIA
Mientras más
conocimientos almaceno en mi memoria, débil ya por los estragos de los años,
más ignorante me siento por tantas cosas que ignoro.
CURIOSIDADES
Por curiosa, Edith se
convirtió en estatura de sal. Por curioso, Orfeo perdió a Eurídice luego de que
el dios Hades se la devolviera condicionalmente.
RENACIMIENTO
El sol muere en el
crepúsculo y renace al alba para anunciar el día.
TEMORES
Más temo por mi vida ante
un delincuente común que frente a un guardia nacional.
EXTRAVÍOS
Mis extravíos
duermen en tu
silencio
con placidez.
Ando perdido
en la selva de
tu amor.
¡No tengo
brújula!
Y silencioso
disfruto del
cricrí
de un loco
grillo.
Salir no quiero
de tu tupida
selva
tan armoniosa.
tan atractiva.
de misterio
encantada.
en magia
envuelta.
Selva bendita.
cómplice
necesaria
de mi locura.