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lunes, 30 de noviembre de 2015

NAVE

NAVE

¿C
uándo parta, di, amada, en mi frágil y gris ceniza nave, díscola como yo, y sin brújula que oriente su incierto rumbo, dejarás que mis salobres y caudalosas lágrimas bañen tu regazo y que el agua pura de mis besos, titilantes cual toda la piel angélica de tu cuerpo, calmen la sed de tus labios de doncella impoluta?
         Dime, amada, ¿en cada barca que arribe a tu puerto presumirás mi llegada, a sabiendas de mi incierto regreso y de que en otros puertos muchos amores, tal vez más impetuosos que el tuyo y más perennes y cercanos?
         Mi barca, amada, tal vez regrese pronto a tu puerto de esperanza sin límites, o quizás zozobre en las profundidades de un furioso mar o pierda el rumbo y nunca más encuentre la ruta lumínica que me devuelva a tu litoral de aguas apacibles y azules.

         ¿Aún así, amada, me esperarás?

GUACHARACAS

GUACHARACAS

Desde El Placer
Oí cómo cantaban
Las guacharacas.

Era un bullicio
De fascinante música
Que me encantaba.


domingo, 29 de noviembre de 2015

COLOFÓN

COLOFÓN

 A
 ti, amada omnisciente y ubicua, producto de mis vivencias oníricas, de mis fantasías y una que otra realidad, van dirigidas estas páginas que debieron haber tenido vida hace siglos o quizás milenios.
         Porque yo, amada inmortal y luminosa, he vivido muchas vidas, y ésta de ahora, que he compartido contigo y con muchas otras doncellas, es apenas la continuación de una existencia anterior, que presumo transcurrió en una friolenta aldea de labradores de inconmensurable altura, y el pórtico de otra ya cercana que no sé cómo, cuándo ni dónde se materializará.
         ¿Por qué te hablo de siglos y milenios en vez de años y meses, como sería lo natural? Porque mi discurso, simple como una gota de agua y diáfano como la sonrisa de un niño, está expresado en lenguaje poético, que nada tiene que ver con el tiempo real.
         A ti, dulce y consecuente amada, que durante milenios has estado aposentada en lo más recóndito de mi conciencia sin que yo lo notara, puesto que esa era tu soberana decisión, debo la inspiración de esta obra, que aparentemente son producto de mi talento e inteligencia, pero que en honor a la verdad te pertenecen porque tú le insuflaste vida con tu inagotable numen, y mi participación en ese proceso de creación poética fue de simple partero o de canal de comunicación para que viera la luz e irradiara sus rayos a todos aquellos lectores que se aproximen a ella. ¡Gracias, amada eterna!



HOMBROS

HOMBROS

Pondré tus penas
Y los pesares míos
Sobre mis hombros.

sábado, 28 de noviembre de 2015

OFICIOS


OFICIOS


 T
E lo juro, amada, que si de mi voluntad única hubiera dependido la determinación suma de cuanto sería mi vida como oficiante, muy distinto sería mi destino, pues ninguna de las mil actividades laborales que he realizado para subsistir guarda relación lo que quise realmente hacer, ya que he aterrizado en ellas cual avión sin rumbo.
         Yo hubiera querido ser, por ejemplo, carretero para hacer largos viajes en rutas asaz conocidas, seguro de que a mi regreso tú me esperarías, amada, en la puerta de nuestra humilde vivienda, con los brazos abiertos y una sonrisa delatadora de la felicidad de la felicidad derivada de un evento, que no por rutinario, deja de ser encantador y fascinante para ambos, que medimos la intensidad de nuestro amor con la vara de la gratificación espiritual que nos depara, desechando la banalidad de lo efímero material. O también, amada, jardinero para cuidar, celosamente, ese don de las plantas florales, de todos los colores y perfumes que la naturaleza, inmerecidamente, ofrendó al hombre, su peor enemigo. O podría haber sido labrador para compenetrarme con la tierra y extraer de sus entrañas el jugo de la vitalidad. O finalmente, marinero o pescador para escudriñar la líquida ruta de los mares y conocer sus secretos.


COPLAS VII

COPLAS VII




HUGOCHAVEZROSINES



La infanta del dictador
Con dólares se abanica,
Cuando su padre predica
Contra los ricos. ¡Qué horror!


Ella vive en esplendor
Mientras la pobreza asuela
Al pueblo de Venezuela
Con signo devastador.

Es engreída esa chica.
¿Tiene riqueza? No sé.
Y me pregunto por qué
Con dólares se abanica.

Tal vez no le mortifica
Que no ha querido escuchar
Con atención singular
Cuando su padre predica

La riqueza es la peor
Calamidad de este mundo.
Mi batallar es profundo
Contra los ricos. ¡Qué horror!










viernes, 27 de noviembre de 2015

MOLINERA

MOLINERA

 A
NTES, muchísimo antes, amada, de que saciaras tu sed de amor para siempre en mi líquido manantial, que desde entonces clausuré para que sólo tú sorbieras su agua, otras doncellas, gráciles y hermosas, sedientas también de ese sentimiento humano que tanto enternece a quienes lo experimentan, bebieron el vital líquido y creyéndolo un espejo vieron sus imágenes, como tú lo haces ahora, reflejadas en su cristalino elemento.
         No te miento, amada, si te confieso con la ingenua franqueza de un niño, que entre las doncellas que amé con singular ternura, con especial deferencia y con devoción franciscana recuerdo nostálgicamente a la bella y cándida molinera, cuyo nombre, por considerarlo inútil e irrelevante, jamás me preocupé en conocer. ¿Para qué, si con llamarla simplemente molinera, molinerita o moli encantadora me sentía satisfecho y ella respondía a mis requiebros con mimosa coquetería y copiosa galantería?
          De la molinera, cuya belleza seráfica parecía haber sido extraída de una pintura religiosa, probé el fresco y divino pan preparado con trigo puro que ella misma cultivaba y recogía amorosamente para mí, para luego cocer, con piadoso esmero, en el diminuto horno de arcilla fabricado con sus manos de artista silvestre.
          En el regazo de la molinera, acogedor cual un lecho de olorosas flores o el remanso de un río de cristalinas y melodiosas corrientes, experimenté las más extraordinarias emociones idílicas y viví la insólita y única experiencia de la ya remota infancia y las ignotas vidas pasadas.
          Los ojos de la molinera, radiantes cual la luz que despide el sol, fueron para mí espejos vivientes donde me extasié tantas veces en busca de respuestas a mis incertidumbres, penas y frustraciones. Y su labios, bermejos como la pulpa de la granada, siempre estuvieron dispuestos a calmar mi insaciable sed de amor. ¡Qué ingrato, amada, fui con la molinera!


PESCADOR

PESCADOR

 O
tro buen día, amada, deseoso de aventuras, construí una debilucha barca, a la que le instalé unas frágiles velas, y sin brújula que orientara mi rumbo, ni conocimiento de las estrellas, me adentré en el azul del mar, tragándome de inmediato su inmensidad, cual lo hiciera la ballena con Jonás, el personaje bíblico.
  ¿Cuánto tiempo fui huésped asustado del océano? Nunca la supe, porque perdí el sentido de la temporalidad al tercer día de haber emprendido el alocado viaje, para el que no estaba preparado, y siendo un pescador inexperto y mal marinero, eché las redes donde no debí y, como lo dicta la lógica, nada, excepto ilusiones, logré substraerle al mar, que celebró con sus ondas cual caballos sin bridas, mi notoria torpeza, y rústica barcaza, evidentemente, apenas se alejó de la costa unas pocas millas, que yo cuantifiqué incalculables, por el tiempo, del que perdí su noción, que permanecí en las aguas oceánicas navegando en círculo, creyendo avanzar hacia su inmensidad para someterla y robarle sus secretos.

  ¡Qué ingenuo fui, amada, al emprender esta aventura marina que a ningún sitio desconocido me llevó y en la que sólo pesqué sueños! 

jueves, 26 de noviembre de 2015

VIOLENCIA

VIOLENCIA

Es la violencia
Del letal comunismo
 De terror arma.

Es su discurso
Para disuadir voces
Y someterlas

Al pensamiento
Signado de veneno
Del chafarote

Que ayer murió
De tanta maldad hecha
En vida al pueblo.

Es la verdad,
Sin embargo, más fuerte
Que la violencia.

Y triunfará.
Y caerán por tierra
Los falsos héroes.

Y la justicia,
Hoy servil al   tirano,
Renacerá

Cual ave fénix
Para que en Venezuela
No haya más sombras.






INGENUIDADES

INGENUIDADES

 ¿S
I en vez de lirio, o rosa, o clavel, o mirto, amada, fuerza zarza, sólo espinas o apenas hierba silvestre sin encanto, me querrías igual?
          ¿Si en vez de majestuosa águila, amada, o turpial de vistoso plumaje y cántico enternecedor fuera apenas frágil colibrí, melodioso jilguero, taciturno búho o leve mariposa de divinos colores y silente vuelo, me querrías igual?

         ¿Si en vez de guerrero invicto en mil batallas, amada, o intrépido navegante vencedor de todos los mares, o valeroso conquistador de pueblos, aldeas y ciudades de toda la faz de la tierra, fuera simplemente pusilánime soldado a quien asustan el ruido de los sables, el estampido de los cañones y la presencia de la sangre, o humilde marinero de orilla que teme adentrarse en alta mar, o asustadizo ser incapaz de abandonar su territorio por temor a lo desconocido, me querrías igual?

miércoles, 25 de noviembre de 2015

ALARIFE

ALARIFE


 
Para corresponder a tu majestuoso amor, amada, dueña absoluta de todas mis inquietudes, con mis expertas manos de veterano alarife construí para ti un inmenso palacio que gratificaba, a quienes tenían el privilegio de contemplarlo, con la brillantez de múltiples coloridos que despedían, cual esplendorosos fuegos artificiales, los faroles de todos los diseños que lo alimentaban permanentemente de luz para que pareciera, aun en la noche más tenebrosa, pleno mediodía, y evitar así que la obscuridad con sus fantasmas empañara tu belleza y le restara impulso a tus encantos.
         Desde sus torres, amada, altas como las montañas que lo circundaban para protegerlo de extraños y resguardar nuestra privacía, a las que ascendíamos por sus interminables escaleras de caracol, veíamos el ocaso del día, el alegre y espontáneo jolgorio de las aves al recogerse en sus nidos; el tropel de los animales no alados cuando se dirigían a sus madrigueras cumplida ya su diaria faena; la rutilante luna en sus esporádicas peleas con las nubes en defensa de su brillantez y el paso  de las estrellas fugaces hacia espacios etéreos que nunca, por ignorancia de conocimientos astronómicos, pudimos identificar.
         Ese palacio, amada, recubierto de lapizlázuli y esmeralda que como ofrenda de amor te construí con mis laboriosas manos de alarife y mi poética imaginación, es testigo mudo de nuestras confidencias, de nuestros apasionados besos y de nuestra entrega ilímite a los sorprendentes encantos de la querencia, esa que confunde en un solo cuerpo a los amantes.
         Muchas veces, ¿recuerdas?, nos introducíamos, cándidos y felices, en cualquiera de las aclimatadas bañeras de la palaciega mansión y disfrutábamos tanto las caricias caprichosas del agua al juguetear en nuestros desnudos cuerpos, que tranquilamente, sin sentir ningún cargo de conciencia, dejábamos que el tiempo transcurriera libre como el viento y nos olvidábamos hasta de nosotros mismos y sus necesidades materiales.
         Pero no sólo un palacio surgió para ti, amada, de mis diestras manos de alarife y mi inconmensurable imaginación de poeta por siempre soñador. Te construí también, para halagarte, puentes inmensos y resistentes como mi voluntad, los cuales te permitieron cruzar, con increíble coquetería, inexistentes ríos, lagos y mares a los que materializamos, fugazmente, como parte esencial de un juego en el que estábamos inmersos conscientemente en regreso furtivo a nuestra ya lejana niñez.
         Hice igualmente para ti, porque eso era deseo y era factible su construcción, un enorme castillo al que dotamos imaginariamente de grotescos fantasmas, de juguetones murciélagos y de presidiarios sin conciencia del tiempo ni de la importancia de ser libres.
         Ese palacio, amada, esos puentes y esos castillos todavía cobran vida.




LIMPIABOTAS

LIMPIABOTAS

Por las feroces calles
de la ciudad
van los niños limpiabotas,
como ángeles,
lustrando los zapatos
al hombre cruel
que los mira con desprecio.
Vedlos, poeta,

vedlos cómo van.

martes, 24 de noviembre de 2015

lunes, 23 de noviembre de 2015

ELEGÍA

ELEGÍA


Cuando murió
El Poeta del Mar
Lloró Juangriego.

Y Margarita,
La ínsula de las perlas,

Vistió de luto.

domingo, 22 de noviembre de 2015

SONETILLO IV

SONETILLO IV

De amor quisiera morir
Muerte por mi deseada
Cuando deje de vivir
Esta vida desdichada.

En tu regazo, cariño,
Quiero ser amortajado
Como si yo fuera un niño
De tus senos aferrado.

Solamente tú sabrás
Donde mis restos mortales
Tendrán el descanso eterno.

Y a mi tumba llevarás
Las rosas de tus rosales
En otoño o en invierno.

CHULINGA

CHULINGA

Dulce chulinga,
No dejes de cantarle

A las mañanas.

sábado, 21 de noviembre de 2015

SONETILLO III

SONETILLO III

En tu luz se desmaya
Mi corazón rendido
Cual náufrago en la playa
En cansancio sumido.

De tu luz el destello
Me nutre de energía.
Columpio es tu cabello
Y augusta tu alegría.

Eres verso, eres prosa,
En mi poético mundo
Eres miel con canela.

Y dalia primorosa.
Eres vergel fecundo
Eres faro que riela.

COMUNISMO

COMUNISMO

El comunismo
No apagará mi voz
De libertad.

Podrá esta plaga
Llevar terror al pueblo
Pero no, no,

Nunca podrá
Su espíritu rendir
Ni su bravura.

Aunque su bomba
De gas letal le lance
Para aplastarlo.


viernes, 20 de noviembre de 2015

SONETILLO II

SONETILLO II

Me olvidé de morir
Porque vivir quería
Me olvidé de reír
Porque penas tenía.

Me olvidé de llorar
Por la suma alegría
De poder proclamar,
Mujer, que ya eres mía.

Para ti son mis versos
De trovador rendido
A los pies del amor.

No más tiempos adversos.
No más afán perdido
Ni angustia, ni dolor.

jueves, 19 de noviembre de 2015

SONETILLO I

SONETILLO I

Espuma de mar
Arisca, traviesa.
Que rauda me besa
Los pies sin pensar

Que inmundos estén
O nobles no sean
O piedras se crean.
O sea desdén

La respuesta ingrata
Al galante gesto
Que para mí tienes.

No, espuma, desata
En mi cuerpo presto
sal y parabienes.

BELLA

BELLA

Eres tan bella
Desnuda en la penumbra
O en luz bañada. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

MONTE

MONTE

Quiero perderme
En el monte de  Venus
De tu prudencia.

IRRADIACIÓN


Tu belleza silvestre, tu sencillez de rocío, tu fragilidad vítrea y esa sonrisa subyugante que emana de ti cuando, para hacerme feliz, celebras mis ingenuidades, te hacen irradiar el aura de las santidades, la inocencia de los niños y la serenidad de los sabios antiguos.
Te deseaba y llegaste a la humilde covacha de mi vida ayer, cuando el virus de la desesperanza empezaba a carcomer, con inaudita eficacia, mi imaginación de poeta.
Sin embargo, pareciera que me acompañaras desde hace milenios poéticos. ¡Ya no estoy solo! ¡Luz!

martes, 17 de noviembre de 2015

SUTILIDAD

SUTILIDAD


Seca mis lágrimas
Con el velo sutil
De tus empeños.

TÚNEL/PUERTA

TÚNEL

Al fin del túnel
Observé  una luz lila.
¡Era la parca!



PUERTA
1

Si  mi covacha
La puerta tiene abierta
Entra confiada.

2

Si ves la puerta
De mi vida cerrada
Ábrela y pasa.



lunes, 16 de noviembre de 2015

OFICIOS

OFICIOS

 TE lo juro, amada, que si de mi voluntad única hubiera dependido la determinación suma de cuanto sería mi vida como oficiante, muy distinto sería mi destino, pues ninguna de las mil actividades laborales que he realizado para subsistir guarda relación lo que quise realmente hacer, ya que he aterrizado en ellas cual avión sin rumbo.
  Yo hubiera querido ser, por ejemplo, carretero para hacer largos viajes en rutas asaz conocidas, seguro de que a mi regreso tú me esperarías, amada, en la puerta de nuestra humilde vivienda, con los brazos abiertos y una sonrisa delatadora de la felicidad de la felicidad derivada de un evento, que no por rutinario, deja de ser encantador y fascinante para ambos, que medimos la intensidad de nuestro amor con la vara de la gratificación espiritual que nos depara, desechando la banalidad de lo efímero material. O también, amada, jardinero para cuidar, celosamente, ese don de las plantas florales, de todos los colores y perfumes que la naturaleza, inmerecidamente, ofrendó al hombre, su peor enemigo. O podría haber sido labrador para compenetrarme con la tierra y extraer de sus entrañas el jugo de la vitalidad. O finalmente, marinero o pescador para escudriñar la líquida ruta de los mares y conocer sus secretos. 












LAGAR

LAGAR

 TUS menudos y delicados pies de princesa, amada, y los míos de labrador, rústicos y ordinarios, bailaron incesantemente con el melodioso canto de un turpial de ufano porte, sobre las frágiles uvas lilas y glaucas, recién cosechadas, para extraerles el dulce y generoso zumo que transmutamos en vino bienhechor el cual libamos, hasta embriagarnos amorosamente, como ofrenda de gratificación a la madre tierra, por ser tan generosa; al agua, por nutrir las vides durante todo el mirífico proceso de crecimiento, y al sol por darle la exacta maduración al fruto, final feliz de una esperanzadora jornada agrícola meses atrás.
  Inexpertos como lo éramos, amada, en el arado de la tierra para someterla y arrancarle el prodigioso premio vital escondido en sus entrañas, sabíamos que con tenacidad ilímite, paciencia suprema y aprendizaje permanente podíamos domeñarla, amistarnos con ella, para así cosechar el fruto que luego, en festivo ritual, comimos y sorbimos golosamente hasta extasiarnos, calmadas ya nuestra sed nuestra  hambre.
  Esta tierra, amada, escogida al azar para cultivar nuestras vides, no era ubérrima; sin embargo, la amorosa dedicación que le ofrendamos hizo el milagro de la abundante fructificación.






domingo, 15 de noviembre de 2015

BESARTE

BESARTE


Quiero besarte cada
Átomo de tu cuerpo sin vestido
Cual Eva desmayada
En el Edén con Adán confundido.

Quiero besarte, amor, 
Para sentir mi vieja anatomía
Envuelta en el candor
De la más caprichosa fantasía.

    Besaré tu cuerpo hasta
            Que cansada de tantos besos digas:
 “Es suficiente. Basta.
                    Bañada estoy de mimos. No prosigas”.

sábado, 14 de noviembre de 2015

EPITAFIO

EPITAFIO



C

ON tu menuda y trazada letra, amada, deberás escribir en la lápida que colocarás en mi humilde tumba de olvidado de la fortuna material el siguiente

EPITAFIO:


  -Aquí yace mi amado, el marabalero que quiso ser poeta, radiotécnico y doctor; el que amó a Platero, el frágil y cariñoso confidente de Juan Ramón Jiménez; a Chico Carlo, el amigo de la infancia de Juana de Ibarbourú; al Principito que encontró Antoine de Saint Exuperi en el desierto y luego idealizó; a Selma, la eterna amante de “Alas  rotas”, de Gibran Khalil Gibran y a la poesía mirífica de Gabriela Mistral; el que admiró a Salvador Allende y sintió repulsa por el sátrapa Augusto Pinochet; el que galopó en los caballos de mar del poeta Francisco Lárez Granado y el que siempre hizo lo que no programó.

POTRO

POTRO

Potro indomable.
De soberbio talante.

¡Libre cual viento!

viernes, 13 de noviembre de 2015

ALFONSINA

ALFONSINA
A Graciela


Conocí, Alfonsina, el mar donde un día
Te marchaste a buscar
Entre las  bravas aguas   poesía
a la cual encantar

En el marplatense  paisaje amado
de la América musa
Alfonsina Storni, me sentí anclado
En la tarde confusa

Al tenerte cerca y lejos de mí
Y la sal de tu viento
Besando mi cuerpo. Alfonsina, di:
¿Era tu alma o tu aliento?

ABRACITOS

ABRACITOS



Abracitos de niño
Copiosos de  cariño.

Abracitos del oso
Para el amante airoso.

Abracitos de luz
Para aliviar mi cruz.

Abracitos de vida
Para la bienvenida.

Abracitos de sueño
Para dormir risueño.

Abracitos de miel
Para la amada fiel.

Abracitos de rosa
Para mi  niña hermosa.


jueves, 12 de noviembre de 2015

ELOGIOS

ELOGIOS

                                                                    A Mirimarit

   
 Y
O sabía perfectamente, amada, porque me lo habían dicho, en instantes de extrema sinceridad, los inteligentes duendes y fantasmas amistosos que, contigo, habitan mi vetusto castillo de sueños, que mis poemas –en prosa o en verso-, gélidos como las aguas glaciales, vacuos  cual el infernal y enano cerebro de los sátrapas, e intrascendentes como los discursos políticos de quienes con su insaciable dipsomanía de riqueza fácil y abundante nos han privado del pan de cada día para mantener incólumes sus privilegios antinaturales. Eran meras parrafadas informes e inorgánicas que ningún mensaje transmitían ni provocaban ninguna emoción, sencillamente porque carecía de talento poético y mis conocimientos gramaticales rayaban en lo rudimentario.
  Aún así, cielo mío, ciega de amor por mí y privada de razón por el dardo que Cupido -¡Tan buena gente él!- clavó para siempre en tu corazón, viste en esos párrafos tan mal escritos, por darle algún nombre, valores estéticos de los que realmente carecía, sólo para animarme e impedir que el morbo de la frustración se incrustara en mi vida y se tradujera, sin proponérmelo, en depresión, ese terrible estado de ánimo que nos aleja de la vida y nos acerca a la muerte, como tan sabiamente lo dijera el maestro Arístides Bastidas.
          Tú, amada mía, sabes más que nadie, porque estás integrada a mí, que soy una persona extremadamente débil, incapaz, por tanto, de enfrentarme valientemente a nada que afecte mi sanidad.
He allí, bien  mío, el origen de tu solidaridad mecánica hacia el ser amado, aunque en ella vaya inserta una mentira blanca, que al fin y al cabo me hace feliz, dándome la sensación de que de veras soy poeta, que es lo que ves en mí, puesto que sabes que es lo que quiero ser para cantar mis imaginarias proezas e idealizar tu mirífica belleza.
          Y yo me pregunto, amada, ¿Podrá la fuerza de tus elogios obrar el milagro de hacerme aeda, que era el nombre que le daban los griegos al poeta?






AMISTAD

AMISTAD
A Nelys Antonia
           

Mi minúsculo jardín de la amistad, amada increíble, ya casi mustio por la carencia angustiosa del agua nutricia, amaneció con un rosal amarillo, resplandeciente cual el sol de la mañana, gracias al rocío bucólico que vino de las agradables montañas de Tunapuy y de la ruidosa urbe carupanera que años ha, cuando era apenas la única referencia de ciudad conocida en mi lejana adolescencia, fue testigo muda de mis penas, que eran muchas, y de mis alegrías, muy escasas.
            ¿Será este rosal, amada paciente y querendona, tan voluble como las flores silvestres que nacían y morían en mi infancia con la aparición del sol y la inevitable llegada de la luna y su cargamento de duendes que sólo existían en mi mente, entonces cándida cual la sonrisa de los niños y el canto angelical de los pajarillos ariscos que huían al acercármeles, o durará acaso,  como la siempreviva o como el río que nunca se cansa de derramar su regalo de agua, fuente de vida?
            Dime, amada, como lo has hecho en  otras  situaciones de incertidumbre, qué debo hacer para que ese rosal permanezca siempre en mi jardín ofrendándome su belleza, bendiciéndome con su color amarillo, saludándome con su luminosa mudez y recordándome el don de la gratitud.
            -Esa rosa, amado, para que nunca languidezca, deberá recibir agua nutricia, además del manantial nuestro, que le sirve de espejo a los luceros, de las manos que sembraron la planta que le dio vida.
            Por mí, amada, ese regalo de la naturaleza a mi minúsculo jardín resplandecerá por siempre, pues le prodigaré singular cuidado  al rosal que le dio vida para que sea fuerte como el roble, el hierro o la piedra.
            ¿Tú me ayudarás, amada idílica, a combatir el paso del tiempo con la ternura que le prodigaré?
            ¿Esa prodigiosa mano que plantó el rosal tendrá la perseverancia para que esa flor nunca se marchite?
           






miércoles, 11 de noviembre de 2015

RÍO

RÍO


De no haber sido por el río, bien mío, y el delicioso rumor de sus aguas al pasar, raudas, por el camino de piedras blanquecinas y grisáceas arenas que recorre constantemente sin cansarse ni proferir una queja de inconformidad, mi infancia primero, y después mi adolescencia, habrían sido insulsas, monótonas, tediosas y carentes de atractivos capaces de conformar, inequívocamente, que fui niño y adolescente. ¡Así de impactante fue el río y su disfrute pleno en los primeros años de mi vida, cuando no tenía consciencia de que biológicamente el hombre pasaba por diferentes etapas y geográficamente mi mundo se circunscribía a Marabal, el caserío que me vio nacer, e Irapa, que entonces, para diferenciarlo del campo, denominábamos el pueblo, y donde por primera vez admiré, sin palparlo, la grandeza del mar y conocí el cementerio!
Pasaba en el río todo el tiempo que me era posible, y en sus cristalinas, saludables y amistosas aguas aprendí a soñar despierto y a creerme dueño de su diminuto tesoro alimentario: guabinas, guaraguaras, querepes, camarones y cangrejos. Flotaba sobre la apacible corriente, con los ojos cerrados, y me entregaba a ella inocentemente hasta la llegada de la noche, cuando los grillos, con su monótona sinfonía, se dejaban oír.


GOLPE

GOLPE


1

Golpe tuyero,
O golpe tocuyano.
¡Música patria!

2

Golpe mortal
Contra la democracia

Intentó Chávez.

martes, 10 de noviembre de 2015

CONTRASTE

CONTRASTE

1

Subí a la cima
De la esbelta montaña
Para adorarte.

2

¡Qué pintoresco
Es, amor, admirar
Tu sima única!



TIRANÍA

TIRANÍA


Tanta sangre derramada.
Tanta tristeza y dolor.
Tanta  tortura y  horror,
En mi Venezuela amada.

Está la gente angustiada.
El pueblo está consternado.
¿En mi patria qué ha pasado?
Tanta sangre derramada.

Resentimiento y rencor
De un Atila tropical
Dejó su marca letal.
Tanta tristeza y dolor.

Sembró al país de terror
El tirano que murió.
La maldad lo castigó.
Tanta tortura y  horror.

La felicidad ansiada
Por todo venezolano
Protegerá al soberano
En mi Venezuela amada.


lunes, 9 de noviembre de 2015

NO

Me opongo tenazmente
A que los niños de mi patria
Sean como Chávez,
El tirano que murió de maldad.
O como Ernesto “Che” Guevara,
El médico asesino sediento de sangre.
O como Fidel Castro
Opresor inclemente del pueblo cubano.
O como Diosdado Cabello,
Dueño del odio universal.
Ni como Rosinés Chávez,
La hija del tirano muerto
 que se abanica con dólares del tesoro.
Ni como Iris Varela, jaquetona ella,
La que pidió anular la ciudadanía
A la profesora Marta Colomina.
Ni como Tarek William Saab,
El fariseo defensor del pueblo.
Ni como José Vicente Rangel,
El ladino que se olvidó de Cicerón
Deslumbrado por el poder y el oro.
Ni como Elías Jaua,
El cobarde que se encapuchaba en la UCV
Para fomentar desórdenes,
El que destruyó con tractores cañaverales enteros
Y dijo sarcásticamente que Franklin Brito olía a formol.
Ni como Alí Rodríguez Araque, el comandante Fausto
Que destruyó a Pdvsa.
Ni como Rafael Ramírez, que asaltó las arcas públicas.
Ni como María Gabriela Chávez, hija del tirano muerto,
Que tiene dólares del tesoro público en los bancos de Andorra.
Ni como Nicolás Maduro, que le declaró la guerra a los venezolanos.
Ni como el miserable de Francisco Arias Cárdenas, el
Que llamó criminal al tirano muerto
 para después convertirse en su lacayo.
Ni como Jorge Rodríguez, el psiquiatra que abjuró
De su profesión para convertirse en corrupto.
No, esos son valores negativos.
Quiero que los niños venezolanos tengan
 la vida de Simón Bolívar como ejemplo ciudadano.
Y la de Simón Rodríguez.
Y la de Rómulo Betancourt.
Y la de Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Y la de Rómulo Gallegos.



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