ESPERA
Me encontrarás
a la orilla del rio
de Marabal.
¡Esperándote, amor!
OJOS APAGADOS
Al niño Rufo Chacón
un policía criminal
con balines
infernales
sus dos ojos apagó.
¡Qué triste está Venezuela¡
El mundo está
conmovido.
En las montañas
andinas
se oyó un grito de
impotencia:
¡Cómo se puede
atentar
contra un niño que
tan sólo
protestaba, con su madre,
por la carencia de
gas!
Dios es grande,
escribió,
una dama esperanzada,
y pronto verás el
cielo
de tu patria
escarnecida
por asesinos
cobardes,
que a todos los niños
quiere,
robar la luz de sus
ojos
para que observar no puedan
la destrucción del
país
y luchar
valientemente
contra tanta
iniquidad.
Yo, niño Rufo,
mis ya viejos ojos,
te regalaría
si posible fuera
para que a Caracas
vieras
y sus atrocidades
y contemplaras el rostro
de hiena rabioso
de quien con saña te
sumió
en el mundo de las
sombras
y la cara de monstruo
de quienes ordenaron
privarte de tus ojos.
Esa siniestra cadena
de mando
que contra el pueblo
dispara sus letales
armas
para acallar las
protestas
por los malos
servicios
de salud, gas, agua,
electricidad,
carencia de comida y
medicina.
Tú volverás, niño
Rufo,
a recobrar la luz.
Jesucristo le
devolvió la vista
al ciego de
nacimiento
con fango húmedo
sobre sus párpados.
Él obrará el milagro
con auxilio de la
ciencia médica.
Verás nuevamente las
montañas
de tu Táchira andina
y volverás a ser
un niño esperanzado
de lograr tus
objetivos
en la academia
para brindar a Venezuela
el fruto de tu
esfuerzo.
Esos criminales que
te agredieron
son unos miserables,
engendros del diablo,
basura de la
historia,
seres inhumanos
que todos desprecian.
MAR
Siempre, amada, respeté la inmensidad del
mar y admiré, con poética intensidad, la belleza multiforme de sus olas, la
policromía de su líquido elemento, la ilusión óptica de cercanía a la costa con
que nos engaña cuando hacemos su travesía en barco y su aparente vecindad con
el globo celeste.
No soy
hombre de mar, por ser totalmente obtuso en el conocimiento de las artes
náuticas, pero me gustaría serlo para balancearme con mi barco de diseño único
en el lomo de los caballos de todos los colores y tamaños formados por las
olas, penetrar sus entrañas para profanar el altar de sus tesoros bien
guardados y ponerle fin a mi secular pobreza material, contemplar sus corales
para deleitarme con la singular belleza roja o rosada de los poliperos
calcáreos, que pulimentados se exhiben en las joyerías, y extraer de su seno,
marchito ya por la depredación humana que todo lo destruye inmisericorde e
irresponsablemente, para saciarme hambre, el hambre de mi familia y el hambre
de mis semejantes, el bienhechor alimento integrado por peces de todas las
especies y tamaños, moluscos, crustáceos y quelonios.
Sé
perfectamente, amada, porque así lo leí en el libro de mi vida, que nunca seré
marino ni pescador y por lo tanto no podré adentrarme en sus profundidades para
conocer sus secretos ni desafiarlo con una nave que jamás conduciré, ni
siquiera en la costa.
REALIDADES
Mis locos sueños,
al despertar, los
vuelven
trizas y
frustraciones
las realidades.
DESNUDOS
No me verás
en tu cuerpo desnudo
apoltronado.
No te veré,
bien mío, apoltronada
entre mis piernas.
ABSURDIDAD
Nunca seré rey
porque siento repulsa
por los monarcas
y sus bufas coronas.
Nunca seré
ni atleta ni pintor
porque carezco
de dones deportivos
y no sé de arte.
Sólo seré
guardián de tus
caprichos
y jardinero,
bien mío, en tu vergel.
OFRENDA LÍRICA
A Ernesto Kahan.
Insigne poeta y
médico
Desde mi Venezuela,
hoy por malos hijos
zaherida,
mi poesía vuela
a su Argentina, en luz
desvanecida.
Quiero rendirle
honor.
venerable vate,
facultativo,
emisario de amor,
de las letras
temerario cautivo.
De mi lírica ofrenda,
-maestro de las
letras argentinas-
de su prístina senda
saldrán luces,
confites, bambalinas.
ABSURDIDAD
Nunca seré rey
porque siento repulsa
por los monarcas
y sus bufas coronas.
Nunca seré
ni atleta ni pintor
porque carezco
de dones deportivos
y no sé de arte.
Sólo seré
guardián de tus
caprichos
y jardinero,
bien mío, en tu
vergel.