CANTO AL MARISCAL SUCRE
Por: Josefina Urbáez de Flores
¡Salve gloria sucrense, universal de América!
Tu nombre sin cesar canten los cerros,
los mares, los escollos de la guerra,
los dolores vencidos, derrotados.
Por la vida se va tu nombre santo
sin rencor por los golpes recibidos
derrochando tu audacia y tus doctrinas
de amor y de justicia soberana.
Exceso de perdón y gallardía
te hicieron burla del odio aquellos días
fidelidad a la patria a toda prueba,
a Bolívar, al indio y a tu ángel.
Tu cuerpo y alma, sedientos de familia,
del calor del hogar y de los mimos,
del juego placentero con tu amada hija
dejó trunco el balaje enfurecido.
Pozo de odio a la virtud acecha
desde siempre tus triunfos indudables,
después de las ofrendas libertarias,
brotaron venenosos los tiranos.
Deslealtad a Bolívar, acaudillada,
mar proceloso donde su alma vence.
Toda la lucha en contra del ibero
se borra en la ambición de luchadores.
Toda fuerza y audacia libertarias
prestas a diluirse en la locura.
Hay una fuerza en Sucre que lo eleva
por encima del mundo de ambiciones,
tiene coraje, inteligencia y calma,
enfrenta su fidelidad a toda prueba
Capacidad de organizar el caos
y sale victorioso nuestro héroe
en las variables obras requeridas
para afianzar la libertad suprema.
Dedico este canto al Gran Mariscal de Ayacucho al cumplirse
220 años de su natalicio (3 de febrero de 1795-3 de febrero de 2015) en la ciudad de Cumaná.
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