MOSAICO LÍRICO 8
RÍO
Tengo calor,
río de Marabal,
mi pobre cuerpo
está encendido.
Quiero encontrar
en tus
entrañas de agua
para sentir
que el fuego que me quema
huya aterrado.
CÁLLATE
Dijiste: “Calla”
y mil candados puse
en el portal
de mi bocaza.
Y el silencio surgió
por arte de
magia y callé
para no perturbarte
con mi aburrida voz.
CAÍDA
Cuando caí
a tus pies delicados
después de andar
por agrias sendas
del desierto quemante
con mis sandalias
de pordiosero
tú, sublime mujer,
me levantaste.
Y desde entonces
mi vida estrafalaria
y sin sentido
se tornó fuerte.
Y no volví a caer
sino en tu seno.
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