DESIGNIOS
Tus designios, Señor,
no desafío,
aunque en mis hombros
lleve,
como Tú, una cruz.
Yo, Señor, sufro
cual todo el
colectivo
venezolano
de la inseguridad
su cruel efecto.
Miedo, terror
del policía, del
hampón,
y del guardia nazional
que a mansalva mata
al pueblo que
protesta
porque tiene hambre
de libertad y comida
que el tirano le
niega.
Temo enfermarme
para no morir de
mengua
en un hospital sin
insumos médicos
desvencijado,
antihigiénico.
Temo beber agua
para no enfermarme
por su impureza.
Temo bañarme en el
mar o lago
cercanos a un campo
petrolero
para no infectar mi
cuerpo
por los derrames del
oro negro
que no son taponados
y que destruyen la
fauna
marina o lacustre.
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