OPRIMIDO
El oprimido,
al perder el temor,
dijo: soy libre.
Y recobró las calles.
Y tembló el dictador.
Y vomitaron fuego
las destructivas
armas
aliadas de la muerte.
Y el asfalto se tornó
en rojo carmesí
por la sangre vertida
por las inermes
víctimas.
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