AYUDA
Ayúdame, Señor, a
soportar
Este ácido dolor que
me atormenta
Y permite que
náufrago me sienta
En un terrible
imaginario mar
Con olas que
de tanto golpear
Mi adolorido cuerpo
desalienta
Todo tímido esfuerzo que él intenta
Para las aguas bravas
derrotar,
Y así, Señor, en tu
dulce regazo
Debilitar la horrible
depresión
Que a mi vida azarosa
y pecadora
Le niega la ternura
de un abrazo,
Le quita la
elocuencia a mi expresión
Y le impide
extasiarse con la aurora.
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