INMIGRANTE
Leo en el DRAE:
“Inmigrante…Persona
que llega a un país distinto del propio para establecerse en él”.
Y pienso en mi hijo
Juan Ramón,
Sí, como el poeta
Premio Nobel español
Que vivió exiliado en
Puerto Rico hasta su muerte
Huyendo de la tiranía
del genocida Francisco Franco.
Sí, como el padre de
mi nieto Daniel.
Tuvo que emigrar mi
hijo
Para encontrar el
bienestar que el tirano muerto, Chávez, primero,
Y después el criminal
de venezolanidad no demostrada,
Le confiscó en nombre
del comunismo empobrecedor del pueblo y
Enriquecedor de la
élite gobernante.
Antes que mi hijo se
fueron al exterior, obligados por
El ignominioso
régimen que premia el crimen contra la patria,
Más de un millón quinientos
mil venezolanos.
Algunos por no
compartir el comunismo depredador.
La mayoría, porque el
régimen forajido no acepta críticas.
Para esta inmundicia
que azota a Venezuela la
Respuesta criminal a
la disidencia es la muerte, la tortura,
La cárcel sin luz.
La persecución.
El hostigamiento
La calificación de
apátrida.
Agentes del
imperialismo norteamericanos.
Están los venezolanos
a quienes la ominosa dictadura
Les niega el pan, el
agua, el techo, el derecho a la vida,
El derecho a la salud
En la Norteamérica
teóricamente odiada por
Los criminales que
gobiernan,
Pero que visitan como
jeques
Para adquirir lujosos
inmuebles, caballos de raza,
Ipods de oro, toda
baratija del imperio.
¡Hipócritas
resentidos, criminales y corruptos!
Están en Australia,
En México, en
Colombia,
En Francia,
En España,
En Inglaterra,
En Italia.
Fue Venezuela, hasta
1999,
Tierra receptora de
inmigrantes,
Que vinieron de la
España que nos conquistó
Huyendo de las
atrocidades de la Guerra Civil,
Del criminal
Francisco Franco,
En el infierno como
el tirano Hugo Chávez Frías,
Expiando en el fuego
eterno sus crímenes.
Vinieron de Italia en
busca de El Dorado
Que les ofreció el
tirano Marcos Pérez Jiménez
Para que hicieran
edificios
Para que construyeran
carreteras
Y para asociarse con
la élite dictatorial
En los grandes
negociados contra la cosa pública.
Vinieron de Portugal
A cultivar los campos
Y a establecer supermercados,
panaderías
Y ventas de tostadas.
Muchos se fueron al
caer la dictadura
Y cuando el
castro-chavismo
Empezó a robarles sus
negocios.
Nunca creí que
Venezuela se convirtiera
En proveedora de
inmigrantes.
Que dejara de ser la
tierra prometida
Para millares de
extranjeros
Que aquí fueron
recibidos con hospitalidad.
¡Qué cosa más
horrible!
Mi hijo Juan Ramón es
inmigrante.
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