ENVIDIA
¡Cómo envidio, bien mío, al agua que
recorre tu cuerpo para limpiarlo y vitalizarlo!
Sabe tu cuerpo que después del baño
purificador recibirá el premio del exquisito perfume que le ofrendarás para
dejar tu huella femenina impregnada en los lugares por donde pasees.
Una mujer recién bañada, bella como
tú, abunda en hermosura.
Y envidio también al hombre que ha
tenido la dicha de disfrutar ese aroma único.
Y envidio a la sombra que vino
contigo al mundo para acompañarte hasta el fin de tus días, cuando regreses a
la madre Tierra a hacer realidad la sentencia bíblica “polvo eres y en polvo te
convertirás”.
¡Yo quisiera ser tu sombra, sí, para estar siempre junto a ti para llenarme
de vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario