ABÚ

 

ABÚ

Rodulfo González

 

Para  Jhosué (Yosué por loco capricho de los padres) fui primero Abú, antecesor fonético de abuelo.

¡Sangre de mi sangre ese niño ya en la adolescencia, tremendo en la infancia!

¡Adolescente rebelde que le ha dado vigor y otro objeto a mi vida¡

¡Pintor de figuras geométricas arrancadas del vientre único de la computadora que ha domado!

¡Figuras multicolores que han ilustrado para vitalizarlas a muchos de mis poemas!

A Jhosué le he alfombrado el camino de valores morales para que sea útil en la adultez, y el pan que se coma, y el pan que coma su mujer y el pan que coman sus hijos sea producto del honesto trabajo.

A Jhosué le he alfombrado el camino de valores democráticos para que no se deje confiscar la libertad por el tirano ignorante y cruel.

A Jhosué le he alfombrado el camino de los valores de la solidaridad para que no sea egoísta.

A Jhosué le he enseñado a ser tolerante con quienes no piensan como él, porque la verdad no es única sino múltiple.

A Jhosué le he enseñado que es mejor dar que recibir porque el que da, puede hacerlo; y el que pide tiene necesidad.

A Jhosué le he enseñado a dar gracias, por ver el sol todos los días, por el favor recibido, por la vida, por el alimento propicio.

Y desde el 5 de mayo de 2017, mi adorado nieto comenzó a transitar por la vida con sus propios medios.

Y el éxito lo acompañará.

Pero creo que no lo veré más, como tampoco conoceré a mi nieto Ethan, que nació en Trinidad.

Años que acortan mi vida.

Tristeza que supera a la alegría.

Hoy mi amado nieto está en Lima, no estudiando, como pude haberlo estado yo con una beca de la OEA para cursar un posgrado en la Universidad Agraria La Molina, pero quiso mi mala fortuna que el curso fue excluido del pensum académico, sino uno más de los siete millones de venezolanos que huyeron de la narcodictadura de Nicolás Maduro para no morir de hambre, asesinados por las fuerzas de exterminio del oprobioso régimen o de mengua en un hospital público por falta de atención médica.

Estás en mi corazón, Jhosué, por siempre y para siempre.