GLOSA A MI MADRE
Ni un retrato, madre
mía,
cuando al cielo te
marchaste
de recuerdo me
dejaste
para nutrir mi
alegría.
Cuando niño me decía:
¡Si conocerla
pudiera!
Pero no tengo
siquiera
Ni un retrato, madre
mía.
Pero en mi vida
dejaste
una terrible
orfandad.
Fui víctima de
crueldad
cuando al cielo te
marchaste.
Tu cariño me ofrendaste
con la ternura de
madre.
Sólo tu nombre y mi
padre
de recuerdo me
dejaste.
En mis sueños
presentía,
que estabas, madre, a
mi lado
para hacerme
afortunado,
para nutrir mi
alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario