MANANTIAL
Rodulfo González
Nunca se secará, amada, ese manantial de doble vertiente que
nuestro pródigo amor hizo brotar en tu alma y en la mía, para que nos sirviera
de espejo natural y único, para que viéramos reflejada en la pureza de su agua
el fulgor de las estrellas y para saciar nuestra sed.
No
languidecerá ese manantial, amada, porque su agua es prodigiosa y cada
sorbo de ella, al extraerse, se multiplica con el amor que tú le transmites y
con el amor que yo le transmito.
¡Manantial de amor que brotó de las entrañas de la tierra para sumir nuestras
almas en inmenso placer!
Manantial benigno que apaga la sed de los ariscos y preciosos pajarillos que
pagan con su cántico múltiple la porción de agua que consumen para seguir
siendo dueños del etéreo espacio y de verde flora.
Manantial benévolo que das vidas a las flores del jardín de mi covacha de
sueños.
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