HORTELERO
Si en vez de periodista, bien mío, hubiera
sido hortelero, habría sembrado para ti, caprichoso amor, las frutas más
apetitosas (fresas, patillas, melones, duraznos, mangos, nísperos, naranjas y
uvas), que recogería con mis rústicas manos, en ritual único, y te las serviría
en bandeja de fina plata, delicada joya, para que sacies tu hambre de ternura,
sencillez, levedad, ensoñación, poesía y entrega amorosa.
Y tú sonreirías de dicha y te
sentirías cual reina venerada por sus súbditos. Y besarías mi frente. Y te
burlarías, sin intención de herirme, del color carmesí de mi rostro, ruborizado
y confundido porque tus labios frutales premiaron al triste hortelero que
cultiva solamente para ti.
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