TAUMATURGIA
Te
quiero ubicua, bien de mi vida, para que estemos simultáneamente en tu orilla y
la mía y venzamos la distancia física
que nos separa.
Te
quiero triste, prenda mía, para cambiar,
en ritual de belleza ensoñadora, tu
tristeza por mi alegría y tus derrotas por mis triunfos.
Te
quiero ermitaña, entrañable amor, para que me acompañes sin complejos en mi
covacha milenaria de sueños inverosímiles.
Te
quiero río, encantadora dama, para que
la furia de tu corriente sanadora venza los demonios de mi terrible estrés.
Te
quiero Sol, dulzura ilímite, para que tu benéfica radiancia dore mi cuerpo y
alimente las plantas de mi vega inculta.
Te
quiero mar, belleza poética, para que mi alocada y frágil barquichuela navegue
en la placidez de tu salinidad y llegue a puerto seguro.
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