ROSA
Murió la rosa.
Pobrecita, Dios mío.
¡Cuánta tristeza!
Con gran cariño
Humedecí sus pétalos
Para nutrirla.
Le di mis besos.
Le di mis cuidados
De jardinero.
Está en el cielo
Con castos querubines
Jugueteando.
Me está esperando.
Sabe que pronto o tarde
Nos uniremos
En las poéticas
Praderas celestiales
De vida eterna.
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